David Hockney - La verdad está en el color

Desde que irrumpió en la escena pop de los años sesenta, el legendario DAVID HOCKNEY siempre ha seguido su propio camino. Ante su nueva exposición en la Royal Academy de Londres , el pintor británico recibe a Harper’s Bazaar en su casa-estudio de Los Ángeles para hablar de los placeres del trabajo y el dolor de la pena, el arte del retrato y la idea de la muerte y de por qué la creatividad, más que la droga, lleva a la felicidad.

- Por Sanjiv Bhattacharya - Fotografía de Christopher Sturman

Es otro bullicioso día en el estudio de David Hockney (Bradford, Gran Bretaña, 1937), situado en su casa de Montcalm Avenue, una preciosa y soleada calle sin salida en las colinas de Hollywood. Su director, Jean Pierre (JP), se encuentra atareado ante su portátil. Su asistente personal, Jonathan, trabaja con un proyector en una habitación trasera. Y el propio artista, con los pantalones manchados de pintura y sus pequeñas gafas redondas cubiertas por una mata de pelo, hace de guía, en visita privada, para un invitado: yo mismo.

“Cuando compré la casa, en 1979, esto era la pista de pádel”, dice con su gentil acento de Yorkshire. “Pero no me interesa nada el pádel, ni ningún otro deporte, ya que estamos”, confesa. Así que convirtió aquella cancha en su estudio, una amplia habitación en forma de cubo donde trabajar, que es lo que realmente le interesa. En estos últimos años ha estado especialmente activo. De las paredes cuelgan numerosos retratos sobre fondo azul, listos para su exposición en la Royal Academy de Londres bajo el título