Pesca de langostinos a caballo

En las costas de Flandes, aún se mantiene viva esta tradición de siglos

- Cyril Hofstein

Prácticamente todos los días, de abril a noviembre, parten pescadores a caballo en busca del “oro blanco” de Flandes.

BIEN, HABÉIS LLEGADO a tiempo. Si dejamos pasar la marea, no conseguiremos ningún langostino”. Dominique Vandendriessche, uno de los últimos paardenvissers (término holandés para referirse a los pescadores a caballo) de Oostduinkerke (Bélgica), tiene tanta prisa por partir que no nos hubiera esperado si nos hubiésemos retrasado. Aún está oscuro. El paisaje cubierto de arena muestra un estilo pastoril, con casas bajas y pintorescas.

“Antes de que el turismo costero se hiciera tan popular, los habitantes de la región pasaban hambre”, explica Dominique. “Aquí nada crecía de manera apropiada. Éramos pobres de una generación a la siguiente, y los granjeros se veían obligados a pescar langostinos para sobrevivir. Eran tiempos duros y también lo eran los hombres. A veces, a pesar del progreso y la locura de nuestro tiempo, me digo a mí mismo que realmente nada ha cambiado. Aún es necesario luchar para ganarse la vida”.