Poging GOUD - Vrij
Un Cuento Italiano
Harper's Bazaar en Español
|Septiembre 2019
Domenico Dolce y Stefano Gabbana llevan 30 años con su marca. ¿El secreto? Ser fieles a tres pilares (artesanía, tradición y detalle), que han erigido a lo largo de su historia.

Cosas del destino. Fue Domenico Dolce (Palermo, 1958) quien levantó el teléfono cuando Stefano Gab-bana (Milán, 1962) llamó por una vacante disponible en el estudio de Giorgio Correggiari. Había estudia-do diseño gráfico, pero su sueño era trabajar en moda y dio en el clavo. Dolce pasó a ser su compañero de trabajo y, poco tiempo después, decidieron poner en pie un proyecto en común: Dolce & Gabbana. El momento también era el adecuado, finales de los 80, Milán; estaban justo donde tenían que estar, lugar en el que la moda más fresca e irreverente hervía, y con unas recién estrenadas supermodelos como lienzo pusieron todo patas arriba. De eso han pasado ya tres décadas en las que se han consagrado como una de las firmas más relevantes de la historia de la moda italiana y, a pesar de que la industria frenética les ha pasado factura en los últimos años vía Instagram, lo cierto es que no tienen intención alguna de tirar de las riendas y frenar su paso. Todo lo contrario.
PREGUNTA: Han pasado poco más de 30 años desde su primer desfile en 1985, ¿qué recuerdos tienen de ese día?
STEFANO GABBANA: Los primeros años fueron duros, trabajando 24/7 y sin vacaciones. Compartíamos una meta, y ha sido el amor y el entusiasmo, que siempre ponemos en nuestro trabajo, lo que nos ha traído hasta aquí.
Dit verhaal komt uit de Septiembre 2019-editie van Harper's Bazaar en Español.
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