Toni Erdmann – La soportable levedad del padre

- Carlos Jesús González

Aunque no se cuestione su calidad, el cine que por lo general vemos nos ha condicionado a que el resultado de sumar A más B sea siempre C, sobre todo en géneros tan populares como la comedia romántica o el melodrama. C, por supuesto, posee distintas variantes, pero en todas ellas, incluso en las más tenebrosas o complejas, inevitablemente se deja entrever un gesto moralizante que no pocas veces colinda con lo esperanzador. Pero entonces, ¿qué sucede con la ecuación si en vez de C obtenemos una D?, ¿o una H?

Toni Erdmann funciona no sólo para mostrarnos las infinitas posibilidades de esta incógnita matemática, sino también para, de paso, constatar que –aunque maltrecha y cada vez más delgada– la saludable frontera entre el cine de Hollywood y el europeo continúa existiendo (aun cuando ya se haya anunciado el