Había una vez un divorcio

Adam Driver y Scarlett Johansson le dan rostro al desamor en Marriage Story, la nueva película de Noah Baumbach.

- Por Vera Anderson / Corresponsal en Los Ángeles

Justo cuando pensábamos que las relaciones amorosas se habían examinado en pantalla desde todos los ángulos posibles, el escritor y director Noah Baumbach reinventa la rueda, entregando una exploración y deconstrucción extraordinariamente íntima y auténtica de lo que es estar en pareja y, sobre todo, de lo que es ya no estarlo. En su cinta, estrenada en el pasado Festival Internacional de Cine de Toronto, el espectador es capaz de sentir desde la intimidad a ambas partes –Nicole (Scarlett Johansson) y Charlie (Adam Driver)–, mientras observa de primera mano tanto los detalles que los hicieron enamorarse el uno del otro, como las cosas pequeñas e insignificantes que, ladrillo a ladrillo, disminuyeron ese amor.

Conocido por sus dramas siempre ligeramente autobiográficos, como Frances Ha e Historias de familia, esta vez Baumbach escarba más profundamente en su propio matrimonio y los desamores que han marcado su vida. “Al principio de la película, Nicole está lista para irse”, nos dice. “Y Charlie todavía está poniéndose al corriente. Éstas son dos personas entre las que todavía existe amor. Están en caminos diferentes ahora, pero también tienen esta familia colectiva y deben averiguar cómo van a mantenerla. Se trata de separarse y unirse al mismo tiempo”.

En este sentido,