ALMA DE CAMPEÓN

Brad Pitt pisa el acelerador en su nueva película F1 que es, también, una metáfora de su vida.

- POR ROCÍO FLORES TAPIA

Elintérprete no sólo es uno de los hombres más deseados del planeta, sino la prueba de que el talento, la pasión y la perseverancia no entienden de edad. Ahora, el eterno galán se lanza a la pista con F1, una película que es mucho más que motores rugiendo y curvas cerradas; es un reflejo de su presente.

HOLLYWOOD, UN CIRCUITO CAMBIANTE

En la cinta, producida por Pitt y el campeón de Fórmula 1, Lewis Hamilton, el actor interpreta a un expiloto que regresa a las pistas para guiar a una joven promesa del deporte. Pero, detrás de cámaras, la historia de Brad Pitt, de 61 años, no dista tanto de la realidad, en una industria donde los focos giran cada vez más hacia las nuevas generaciones -actores como Timothée Chalamet, Austin Butler, Tom Holland o Jacob Elordi arrasan en Hollywood-, él se mantiene lleno de magnetismo, y no queda duda de que no corre para ganar la carrera, sino porque ama el camino.

Brad ha sido todo en la vida. Intentó estudiar periodismo en la Universidad de Missouri, fue transportista de muebles, conductor para una compañía de strippers ¡y hasta una botarga de pollo! También tomó clases de actuación y persiguió su sueño: a principios de los 90 se convirtió en el chico dorado en Thelma & Louise, más tarde fue vampiro en Interview with the Vampire, el sofisticado ladrón de Ocean's Eleven e incluso el vengador en Once Upon a Time in Hollywood, papel que le valió un Oscar. Pero ni siquiera una carrera sólida puede ignorar el cambio de ritmo que impone el tiempo. Hace unos meses, Pitt declaró a