LARGA VIDA AL REY Y A SU REINA

Con la muerte de Isabel II, Carlos, su hijo mayor, ha tomado las riendas de la Casa de Windsor y, junto a él, su esposa Camila, la reina consorte que Inglaterra no quería.

- EUGENIA GARAVANI

En 1975, a la monarca E Isabel II le horrorizaba pensar que su hijo se hubiera involucrado en una relación adúltera y declaró que nunca la verían en la misma habitación que Camila Parker Bowles. Tras la boda de Carlos en 1981 con Lady Diana Spencer, la monarca pensó que el capítulo 'Camila' había llegado a su fin, pero a mediados de los 90 el escándalo volvía a hacerse presente en el palacio de Buckingham cuando Carlos admitió en televisión nacional que le había sido infiel a su esposa con ella. El entonces príncipe se separó de la madre de sus hijos y un año después de quedar concretado el divorcio, la princesa de Gales moría en un trágico accidente en el puente del Alma en París.

Más tarde, en el verano de 2004, la casa real de Windsor se vio sujeta a hacer algunos cambios, los últimos años Carlos había hecho varias apariciones públicas con su pareja, Camila Parker Bowles, los hijos de éste ya conocían a la mujer que su padre amaba y fue así como la reina se convenció que debía tomar con más seriedad el asunto. Hubo una serie de reuniones en el castillo de Balmoral entre la monarca y consejeros de la casa real para conocer todas las implicaciones constitucionales que se tendrían en caso de llevarse a cabo el matrimonio entre el príncipe heredero y su amante.

La Navidad de ese año, Carlos y Camila hablaron con la reina y le pidieron su apoyo para continuar con sus planes de boda, la monarca ya no pudo resistirse, y en febrero de 2005 el palacio de Buckingham anunciaba el compromiso del príncipe de Gales con Camila Shand, la mujer de la que Carlos había estado enamorado desde 1970.