LAS LUCES DEL NORTE

LA BÚSQUEDA DE AURORAS BOREALES CON UN CAZADOR DE AURORAS FUE LA AVENTURA MÁS EMOCIONANTE DE MI VIDA

- Stephanie Vermillion

Además de la caza de auroras, Buffalo Child (arriba) hace de guía en excursiones por los alrededores de Yellowknife. La autora Stephanie Vermillion (derecha).

JOE BUFFALO CHILD creció bajo la luz de la aurora boreal.

Una noche de invierno estrellada se le quedó grabada de manera especial. Tenía seis años y acampaba con sus abuelos para revisar las trampas de la familia. En el bosque nevado cerca de Yellowknife, capital de los Territorios del Noroeste de Canadá, una hilera de trampas de 80 kilómetros aguardaba a liebres y ratas almizcleras.

Con la esperanza de encontrarme con un cielo despejado, mi aventura a la caza de auroras boreales en Yellowknife comenzó con malos presagios. Gracias a su ubicación dentro del llamado óvalo de la aurora, la zona donde se pueden observar las auroras boreales, la ciudad es un destino de ensueño para los astroturistas. Aquí las bandas de luz danzan, de media, 240 noches al año. Aun así, la oficina de turismo recomienda una estancia mínima de tres noches, sobre todo para darle una oportunidad a la situación meteorológica.

Buffalo Child salió de la tienda en ese momento; su aliento formaba pequeñas nubes al mirar hacia el cielo, y no tardó en encontrar lo que buscaba: “Estrellas, estrellas, estrellas, y de repente: ¡boom! Allí estaba la aurora”, me contó con los ojos brillantes al recordar ese momento. En esas expediciones de trampeo aprendió el estrecho vínculo que existe entre la naturaleza y las tradiciones de su pueblo, los Dene, que han habitado el centro y noroeste de Canadá desde hace más de 30.000 años.