VIAS QUE MARCAN LA DIFERENCIA

VIAJAR EN TREN NO SIEMPRE ES LO MAS RÁPIDO, PERO A VECES ES LA MEJOR FORMA DE LLEGAR A OTROS DESTINOS

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A San Diego con el Pacific Surfliner JÖRG ZANDER

NOS QUEDABAN 25 minutos para la salida, así que corrimos por la sala de espera hasta la ventanilla de Union Station. Allí pedí dos billetes para el viaje de vuelta de Los Ángeles a San Diego. Como teníamos que identificarnos, saqué mi carné de identidad y lo puse en el mostrador, mientras le decía a Karolin que hiciera lo mismo, pero resultó que se había dejado el pasaporte en el hotel.

"Nunca llevo mi identificación cuando salgo del hotel", me dijo.

Miré al vendedor de billetes, que se había dado cuenta de que yo era el único que podía identificarme.

"No puedo venderle un billete sin identificación", dijo.

"¿Y por qué no?", pregunté.

"Porque desde el 11 de septiembre tenemos que identificar a nuestros clientes con una foto y almacenar sus datos personales".

Resignados, volvimos a la sala de espera. Incluso si hubiéramos podido llegar al hotel y volver a la estación en una o dos horas, nos habría faltado tiempo para llegar a San Diego. El tren tardaba casi tres horas en hacer el trayecto, y ya eran las once de la mañana. Y como teníamos que irnos al día siguiente, no podíamos posponer el viaje.

Por fin estaba en Los Ángeles, pero no podía tomar ese tren que había deseado tanto tiempo. ¡Y todo porque Karolin no llevaba su documento de identidad!"

"¿Y cómo piensas identificarte si la policía nos registra?"

"Tranquilízate", contestó ella con insolencia. El viaje en tren no es para tanto.

Eso me puso aún más furioso.

"Disculpe", dijo en ese momento una señora mayor, inclinándose hacia nosotros. Su llegada nos salvó de una discusión.

"¿Podemos ayudarles?", preguntó la señora. "Mis compañeros y yo somos de Chicago", y señaló a tres personas sentadas delante de nosotros: otra señora mayor y dos hombres mayores.