DE ALTOS VUELOS

Este año se celebran sesenta desde la creación de una de las piezas más importantes de la historia de la joyería: Bird on a Rock

- Por Celia Cuervo y María José Guzmán, Texto de María José Guzmán

Cada vez que Jean Schlumberger llegaba a las oficinas de Nueva York con una nueva idea a la que dar forma a los talleres, la expectación era inmensa. Devoto de la naturaleza, solía encontrar en sus viajes a Asia o al Caribe, la chispa que encendía su siguiente gran apuesta. Una que, normalmente, terminaba pasando a la historia. A lo largo de sus tres décadas en la marca, creó animales y plantas, y reprodujo los colores más espectaculares en delicadas piezas de alta joyería que posicionaron a la firma norteamericana en la cumbre mundial de la manufactura joyera. En 1965, al volver de su refugio personal en la isla de Guadalupe, bocetó el que sería uno de los grandes hitos de la historia, no sólo de la marca, sino de la joyería en general: un exótico pájaro, una cacatúa amarilla, repleta de diamantes y posada sobre una gema. Así nació un icono: el broche Bird on a Rock. No era divertido, pero sí fresco, irónico. Elegante, pero con un punto atrevido que lo hizo asentarse en el tiempo. El broche no tardó en encandilar a la clientela de Tiffany & Co. entre las que se encontraban Audrey Hepburn o Elizabeth Taylor. Schlumberger pasó 30 años soñando la belleza de la casa neoyorquina, diseñando algunas de sus piezas más espectaculares y generando emoción con cada una de sus creaciones. En 1995, el Museo de las Artes Decorativas de París puso en pie una retrospectiva en homenaje al artista y, para celebrarlo, se creó una de las piezas más importantes de la historia de la Casa: un Bird on a Rock engastado en la piedra por excelencia de la firma, el conocido Diamante Tiffany, uno de los diamantes amarillos más grandes y codiciados del mundo, nada