Identidad y LEGADO

Hay gestos que nos recuerdan que el VERDADERO LUJO es la memoria, y Puig lo demuestra con maestría este otoño con el lanzamiento de sus 'Colonias Absolutas', inspiradas en sus míticas aguas de colonia.

- BLANCA GONZÁLEZ RUFINO

En una industria que a menudo gira al ritmo frenético de las tendencias, donde los lanzamientos se suceden casi como las temporadas de moda, hay nombres que resisten no sólo el paso del tiempo, sino que lo redefinen. Puig es uno de ellos.

Sobre estas líneas, fotos de archivo de la primera 'Agua Lavanda' de Puig. En la otra pág., Jean-Claude Ellena, el perfumista artífice de la recreación de las colonias.

Nacida en Barcelona en 1914 como una pequeña empresa familiar, hoy es una de las casas de perfumes y moda más influyentes del mundo. Pero más allá de las cifras y las adquisiciones estratégicas, lo que la define es algo mucho más intangible: la capacidad de contar historias a través del aroma, de emocionar, de crear un universo que se lleva en la piel... y en la memoria. Este año, rinde homenaje a su identidad y su experiencia con el lanzamiento de sus Colonias Absolutas –Agua Brava, Agua Lavanda Iris, Agua Noble y Agua Mediterránea–, la reedición de sus primeras aguas de colonia, un proyecto liderado por Manuel Puig, vicepresidente, consejero dominical y presidente de la Comisión de Sostenibilidad y Responsabilidad Social de la empresa que fundó su padre hace más de un siglo.

«Es la primera vez en nuestros más de 110 años de historia que llevamos a cabo un proyecto de este tipo, sin una necesidad comercial como prioridad. Teníamos una asignatura pendiente con nuestro pasado y con nuestros padres, ya por desgracia ausentes. Con este proyecto, nuestra intención es volver contemporánea la herencia que recibimos y otorgarle la dignidad que merece», nos cuenta Manuel Puig.