Salsa Tabasco, El Sabor De Luisiana

No se entiende el sur de Estados Unidos sin el picante, y no se entiende el picante sin la Salsa Tabasco®. Hace 150 años que, gracias a la familia McIlhenny, este condimento adereza la gastronomía de este país y conquista al mundo con su sabor

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La pintoresca isla de Avery Island es un lugar mágico. Rodeada de bayous, es decir, de lentos ríos pantanosos, y de páramos, esta isla salina esconde muchos secretos. En ella hay un santuario de aves, una reserva de plantas exóticas y arbustos moteados por un fruto de característico color rojo. Si nos fijamos en ellos, veremos que se trata de pequeños chiles, con aspecto de ser tan bonitos como endiablados. Son, efectivamente, de la variedad capsicum frutescens, conocidos también como chiles Tabasco (por la región de México de donde son originarios), y su historia está indisolublemente unida a la de Avery Island. El nombre de la isla está tomado del de Daniel Dudley Avery, yerno de los primeros colonos y, más tarde, suegro del banquero Edmund McIlhenny, quien, tras arruinarse después de la guerra civil americana, decidió reasentarse en la isla y cultivar en su jardín unos chiles mexicanos que le habían regalado en la cercana Nueva Orleans. Con ellos comenzó a preparar una salsa picante, y en 1868 empezó a comercializarla en botellitas de perfume vacías. Su éxito fue tal que enseguida, ya en 1870, obtuvo una patente e inició la expansión por todo el mundo. Antes de que acabara el siglo, y con la segunda generación de McIlhenny al timón de la compañía, la Salsa Tabasco® era ya tan famosa que dio pie a una comedia musical, la Ópera Burlesca de Tabasco. Esta opereta, muy popular cuando se estrenó en 1894, no había vuelto a representarse en 125 años hasta que a principios del 2018 en Nueva Orleans volvió a subir a los escenarios durante unos meses, con gran éxito. Tanto en las representaciones de 1894 como en las actuales se repartieron minibotellas de la salsa a los espectadores.