Las señoritas de Avignon, la tradición como ruptura

Un lienzo que revolucionó el mundo del arte y su representación de la realidad.

- Eloy V. Palazón

LAS SEÑORITAS DE AVIGNON (1907). MoMA, Nueva York.

La transición del siglo XIX al XX comportó una serie de cambios conceptuales de inmenso calado científico, artístico, social y económico que hizo tambalear los cimientos de la modernidad. Todos ellos, aunque se produjeran en uno de esos ámbitos específicos, acabarían filtrándose en las bases de los otros, modificando así las estructuras básicas mediante las cuales las sociedades occidentales desarrollaban la vida diaria. Uno de esos conceptos que produjeron un sismo estructural fue la concepción del espacio. A nivel científico se dio el paso de una física newtoniana, donde el espacio es pensado como un absoluto, es decir, como algo independiente del observador, a una física relativista a principios del siglo XX, donde dicho espacio, siguiendo Einstein la estela de pensadores anteriores como Leibniz o Aristóteles, es una entidad que depende de sistemas de referencia no absolutos. Este proceso se produjo en paralelo al desarrollo de los sistemas de comunicación que se habían ampliado gracias a la expansión del ferrocarril y la electricidad. Este último fenómeno produjo una revolución importante, vinculada con la compresión espacial a nivel global: el mundo era, ahora, más abarcable. Algo parecido ocurrió con otros aspectos científicos, como el tiempo, la física de partículas o la termodinámica, o sociales, como la expansión colonial. Todos estos fenómenos afectaron a la forma en la que la sociedad en su conjunto entendía las relaciones espaciotemporales en las que se desarrollaba.