¿ANCLADA EN EL PASADO?

Vivir con la mente puesta en el ayer solo te impide disfrutar el presente. Tanto para evitar el sufrimiento que te produce la situación actual como para refugiarte en aquellos días que recuerdas como los más felices y piensas que no se pueden repetir. Ya nos lo cantó Karina: “Volver la vista atrás es bueno, a veces, mirar hacia delante es vivir sin temor”.

- INMA COCA

EL PASADO PUEDE SER UN LASTRE que nos impida avanzar. La mejor opción es recordar esos momentos de éxito pasado para extraer enseñanzas de cara al futuro.

Son muchas y variadas las razones que llevan a cientos de personas a instalarse de manera continua en el pasado. Desde una viuda que no puede superar la pérdida de su pareja a un empresario que ha fracasado en sus negocios y lo ha perdido todo o, simplemente, alguien que culpa de una decisión pasada la frustración de su presente.

En general, todas estas historias, y muchas más, se pueden resumir en dos grupos principales: los que creen que nunca volverán a ser tan felices como lo fueron en su momento o los que culpan al pasado de su infelicidad presente. En ambos casos, se resisten a aceptar su situación actual, y, por lo tanto, viven en una profunda tristeza y sensación de desilusión o naufragio.

¿QUÉ ME PUEDES CONTAR?

Muchas personas hablan constantemente del pasado y esto no aporta una calma mental, por muy positivo que sea el contenido. Vivir de los recuerdos y contar y recontar una misma historia indica que no estás valorando nada de lo que te ocurre en el presente y, lo que es peor, que no tienes ninguna ilusión por el futuro. Hablar de lo que hiciste cuando estabas casada, de cuando tus hijos eran pequeños o de cuando dirigías un departamento hace años es el síntoma más claro que algo falla.