Detox emocional ¡Por fin libre!

Adiós a manipulaciones y ataduras. Aprende a reconocer, tratar e incluso eliminar las relaciones tóxicas que se interponen entre la felicidad y tú.

- Por Helena R. Medina

En un mundo ideal jamás defraudas a tus padres, o, en un despliegue de delicadeza sobrehumana, no te lo hacen saber. En un mundo ideal tu pareja se asemeja a ese príncipe azul que, además de ser el mejor compañero vital que puedes encontrar, logra que veas las estrellas cuando hacéis el amor. En un mundo ideal tus amigas nunca te critican, sí alaban tus logros, son buenas influencias y no intentan que tu novio les haga ver las estrellas. En un mundo ideal tu trabajo se desarrolla en un ambiente sano, sin envidias, dictaduras ni malos rollos, con un jefe que te ensalza como la versión femenina de Steve Jobs todos los días. Pero este no es un mundo ideal. Hay gente mala para ti. Es más, ¡tú puedes ser mala para mucha gente sin pretenderlo! Asumámoslo: las relaciones tóxicas, en mayor o menor grado, existen. Lo importante es que aprendas a identificarlas, catalogarlas, manejarlas, arreglarlas, superarlas y, en casos necesarios, decirles adiós.

UN TRATO FAMILIAR... EXTREMO

Cuánta razón tiene el refranero español al asegurar eso de que quien bien te quiere te hará llorar: la intoxicación de este tipo más común es la que llega directamente de los padres. «Cualquier comentario de ellos va a calar profundamente en nosotros, sobre todo en la niñez y la adolescencia, que es cuando nuestra seguridad y nuestra autoestima están formándose», asegura la psicóloga Silvia Olmedo, autora de