BON VIVANT

Patrimonio de la Humanidad y cuna de la producción de muchos de los mejores vinos de Burdeos, Saint-Émilion es una parada obligada en una visita a esta meca hedonista.

- SOFÍA CAMPUZANO

Las estancia en el Château Troplong Mondot permite vivir la experiencia completa, a un costado del restaurante Les Belles Perdrix, y con vistas a los viñedos.

Bordeaux, una de las regiones vinícolas que cualquier amante del vino debe conocer al viajar por Francia, es considerado como un pequeño París, lleno de vida en cada calle. Aquí, la felicidad de la gente es algo casi palpable; puede que el secreto de este art de vivre radique en el vino, la comida o el ambiente, pero para poder conocer bien este paraíso hedonista se deben conocer también las afueras, hogar de muchos de los viñedos más importantes de la región, entre los que destaca Saint-Émilion. El contraste entre lo moderno y lo tradicional es uno de los elementos más destacables en la visita a este pueblo medieval. Troplong Mondot es una bodega con un château remodelado, moderno, con hotel y restaurante listo para recibir a cualquier