James Gunn - Y la revolución del superhéroe

Después de pasar por un momento oscuro en su carrera, debido a su exilio temporal de los estudios de Marvel, el director de Guardianes de la Galaxia regresa victorioso como productor de Brightburn: Hijo de la oscuridad, la película que narra la historia alterna –y terrorífica– de Superman.

- Por Luis Miguel Cruz

Han pasado más de 20 años desde que James Gunn debutó en los míticos Troma Studios, creadores de clásicos de serie B como Redneck Zombies (1989), ¡Cannibal! The Musical (1993) y The Toxic Avenger (1984). En aquella época, el director sólo recibió $150 USD por el guion de su ahora famosa Tromeo & Juliet (1996), la cual trasladó el clásico de Shakespeare a un mundo de sexo y violencia. Fue una cantidad simbólica, ya que el verdadero pago fue la confianza recibida por el fundador Lloyd Kaufman, quien le encomendó más proyectos y la participación directa en la producción. “Te sientes cómodo cuando obtienes esa experiencia de realizador”, le dijo alguna vez Gunn a Fast Company. “Se siente natural hablar con los actores, lidiar con los efectos y todas esas cosas”.

No pasó mucho tiempo para que el estudio le quedara corto, lo que lo llevó a las majors como guionista de Scooby-Doo (2002) y El amanecer de los muertos (2004). Aun así, nunca perdió la pasión por el cine indie y continuó realizando películas que emulaban a la serie B, como Criaturas rastreras (2006) y Super (2010). Esta dualidad finalmente llamó la atención de Kevin Feige, quien lo consideró como la alternativa ideal para comandar el proyecto más inesperado de todo el MCU: Guardianes de la Galaxia (2014).

En ese entonces hubo muchas personas que no entendieron la decisión; sin embargo, Gunn convenció a los escépticos con una cinta excéntrica, espectacular y conmovedora, engalanada por uno de los mejores