¡Ahí vienen los monstruos!

- Elizabeth Peñaloza

Después de que Marvel Studios confirmara el éxito y valioso potencial comercial que reside en los universos compartidos –en los que personajes de títulos individuales se reúnen en una misma cinta–, pareciera que todas las demás majors quedaron ansiosas por tener el suyo y comenzaron a buscar títulos con los que pudieran construir algo similar. La mayoría se ha ido por los superhéroes (X-Men, Batman y compañía…), pero Universal hizo algo diferente: volteó a ver su propio pasado y se dio cuenta de que ya tenía una potencial mina de oro en sus archivos. Era hora de regresar a los monstruos clásicos que ayudaron a construir al estudio hace casi 100 años.

Entre los años de 1920 y 1940, Universal desarrolló con muy buenos resultados películas individuales del Jorobado de Notre Dame, el Fantasma de la Ópera, Drácula, Frankenstein, la Momia, el Hombre Invisible, el Monstruo de la Laguna Negra, el Hombre Lobo, el Dr. Jekyll y Van Helsing. Tal fue su éxito, que la iconografía que el estudio desarrolló de cada uno es, hasta el día de hoy, la imagen mental que todos tenemos de estos personajes. De alguna forma, las hicieron suyas: no por nada hoy los conocemos a todos como “los monstruos de Universal”.

Dado su éxito comercial, era sólo cuestión de tiempo para que a alguien se le ocurriera juntarlos. En 1943, el productor George Waggner ideó Frankenstein y El Hombre Lobo con Bela Lugosi y Lon Chaney Jr., actores que siempre serán los referentes para estos personajes. A este crossover le seguirían otras cintas de ensamble, como House of Frankenstein (1944),