10 cosas que sigo odiando de ti

La sensación, como sucede con todo aniversario, es agridulce.

- Por Carlos Jesús González

Para ser sinceros, no sabemos muy bien qué hacer con esos veinte años que han pasado desde el estreno de 10 cosas que odio de ti. ¿Hay que entristecerse por ya no saberse tan joven como entonces o alegrarse por las vivencias que esa época evoca? Ciertamente, y mirando el mundo desde una perspectiva general, las cosas parecían más sencillas: no había teléfonos inteligentes con sus incontables aplicaciones, el té matcha sólo se bebía en Japón y Heath Ledger seguía vivo. Y a lo que nos atañe: el compact disc no era aún un artefacto afeado y obsoleto, por lo que la música aún se reproducía según el canon de la unidad, es decir, que después de desprender al objeto de la envoltura de celofán transparente, cada track era concebido como parte de un todo.

El rito era el mismo en el caso del soundtrack, quizá de manera más acentuada, pues para cualquier espectador nacido después de la década de los 70, las canciones incluidas en una película eran percibidas ya como un elemento vital en el hilado de la historia. No es casualidad que el verdadero reinado de las bandas sonoras haya sido en los 90: desde El guardaespaldas hasta Trainspotting, por no hablar de El cuervo o Pulp Fiction, los