UN PASEO INSPIRADOR

Una experiencia en el MUNAL en la que les niñes exploran el museo en modo safari. Arte y aventura garantizada.

- ROGER VELA

Es un domingo lluvioso en la Ciudad de México y cuatro niñes están por iniciar un recorrido artístico en el Museo Nacional de Arte (MUNAL). Maella, Hari, Mila y Adam están emocionados; su Imirada curiosa recorre el vestíbulo de este recinto construido a inicios del siglo pasado.

La exploración inicia en la planta baja. Les niñes caminan apresurados, pasan al lado de la escultura Después de la orgía, de Fidencio Lucano Nava y llegan a una reja metálica para ver un patio custodiado por dos imponentes leones recostados sobre planchas metálicas. Ahí descubren los colores de su derredor: el gris de las columnas, el amarillo de las luces y el resplandeciente cobre de los leones.

Luego suben por la majestuosa escalera principal, hecha con mármol, bronce y hierro, y se detienen en un descanso para jugar "veo veo" y explorar cada detalle: las lámparas, los escalones y un elefante que está en la imaginación de Hari.

Entran a una sala y se asoman por una ventana. Desde ahí observan el mar, la lluvia, las nubes, las montañas y el atardecer sobre un pequeño pueblo. La ventana en realidad es el óleo sobre tela Valle de México desde el cerro de Santa Isabel de José María Velasco.