Que no caiga el telón

El teatro ha sobrevivido a guerras y pandemias, quizá porque después de una crisis la humanidad necesita ver su reflejo para reconocerse.

- CRIS WINTERS

El show debe continuar. Durante la pandemia, y en un llamado de solidaridad entre el gremio de las artes escénicas, integrantes del Colegio de Productores de Teatro y la Red de Espacios Culturales Independientes Organizados (Recio) presentaron un plan de emergencia que incluye 25 puntos para mitigar los efectos adversos en la cultura, la economía y la sociedad teatral.

En los primeros meses del confinamiento, los equipos de escenógrafos fueron de los más afectados del gremio. “Los talleres de escenografía son los que más empleo generan en términos de gente que gana dinero dentro del proceso de producción teatral —explica el escenógrafo e iluminador Emilio Zurita—. Si bien la Academia Metropolitana de Teatro ha promovido que esos constructores fabriquen espacios para hospitales y han conseguido contratos, no son suficientes; es la cadena más afectada, junto con los actores, porque es gente que vive al día”.

Para el escenógrafo Daniel Primo, la contingencia se dio en un momento clave: “Abril y mayo son meses importantes por las convocatorias culturales (Creadores Escénicos, Efiartes, Jóvenes Creadores, Sistema Nacional de Creadores), entonces muchos aprovechamos esta pausa obligada para aplicar a esas convocatorias que, en caso de ganar, te dan la posibilidad de trabajar un año. Se mantiene la esperanza de que esos proyectos puedan estrenarse a finales de 2020”.

MUCHA MIERDA