El músculo de los sponsors

Los deportistas son marcas y, bien gestionados, generan riqueza para sus patrocinadores y para sí mismos. ¿A quién le importa si sus resultados deportivos no son los mejores?

- Por Ivan Pérez

María Sharapova posando en un Porsche. María en primera fila en las pasarelas de la Fashion Week de Nueva York. María bebiendo agua Evian. María invitando a sus fans un caramelo de su marca de dulces. María mirando a la cámara, presumiendo el vestido que llevará a los premios Oscar.

En todas estas estampas, su sonrisa es tan grande que parece que sus labios tocarán sus orejas. Por eso, cuando se le quebró la voz el 7 de marzo del 2016, la imagen dio la vuelta al mundo. Era un retrato que nadie tenía registrado: su tristeza. Aquel día vistió de luto, con un pantalón y una camisa de manga larga negra, con poco maquillaje. “Toda mi vida he sido una profesional con mi carrera y, sí, he cometido un error monumental”.

La tenista rusa ha facturado 285 MDD en sus años en activo. Es la mujer que más dinero ha producido en el deporte; ¿es también la más exitosa de la historia? No, y está lejos de serlo. No figura entre las más ganadoras de la gira de la WTA. En aquel mes de marzo la Federación Internacional de Tenis y la Agencia Mundial Antidopaje la catalogaron como una atleta que se dopaba. Fue suspendida 15 meses por dar positivo a algo llamado meldonium. Semanas después, se supo que Rusia había promovido el dopaje de Estado por más de tres años.