Un lugar con el ritmo en el cuerpo

De las 10 banderas que han ondeado en las tierras de Luisiana desde 1551, ha surgido una banda sonora de jazz, blues, cajún, gospel o swamp pop. Esta polifonía ofrece una experiencia viajera única.

- Raúl Alonso

Un destino para visitar con los ojos cerrados. Luisiana es famoso por las enérgicas calles de Nueva Orleans y las aguas del Misisipi, pero si quieres que te embruje, hay que entornar los ojos y llenar los oídos con sus sonidos... ahora abre los ojos: ¡empieza el espectáculo!

Con casi 66,5 millones de visitantes, Estados Unidos fue el tercer país del mundo que más viajeros internacionales recibió en 2023, y Luisiana es uno de los más atractivos pretextos para hacer la maleta.

Sus tierras, en gran parte regalo del delta del Misisipi, hablan de culturas indoamericanas, exploradores españoles como Cabeza de Vaca, colonos franceses, esclavos africanos y finalmente los Estados Unidos. Un singular crisol que hay que visitar y escuchar.

Jazz en Nueva Orleans

"O lo tienes, o no lo tienes", decía Louis Armstrong. Y no hay duda, Nueva Orleans lo tiene. Y del vagabundeo del niño Armstrong por sus calles nació una de las figuras más influyentes de la música del siglo XX. Hoy, ese legado del jazz sigue vivo en la ciudad.

Una música que nació a finales del XIX, según el escritor español Manuel Vilas, "del encontronazo del espíritu afroamericano con el calor subtropicaly con el rumor vocálico de la lengua inglesa". El Preservation Hall recogió en 1961 esas esencias para custodiarlas en una densa atmósfera que se espera engrandezca tras su actual restauración. Pero el Barrio Francés, el icónico de la ciudad más poblada de Luisiana, tiene otras paradas obligadas para el amante del jazz: una es el Spotted Cat Music Club, abierto de las 2:00 de la tarde a la 2:00 de la madrugada todos los días.