Comunidad de intolerantes

Santiago Requejo encierra en el salón de una casa muchos de los prejuicios con los que vivimos en esta sociedad y hace comedia con ellos en el largometraje Votemos

- Begoña Piña

El cineasta Santiago Requejo tuvo que reconocerse a sí mismo que vivía preso de algunos prejuicios. Le contaron el caso de una mujer que, a punto de firmar su contrato de alquiler, se quedó sin la casa porque los vecinos del inmueble supieron que sufría una enfermedad mental y presionaron al propietario para que diera marcha atrás. Requejo se miró hacia dentro y comprendió que, tal vez, él hubiera hecho lo mismo. De aquello nació el cortometraje