Larga vida a un icono

Así como AD, Pujol cumple 25 años y se renueva con un diálogo entre cocina, experiencia y arquitectura.

- MARCELA ORTIZ-RUBIO

Durante un cuarto de siglo, el restaurante Pujol, del chef Enrique Olvera, ha sido un referente en la escena gastronómica. No solo por su propuesta culinaria, sino por una forma particular de concebir la cocina como un sistema de valores que honra el tiempo, la memoria, el origen y la precisión. Bajo su dirección, cada platillo articula una narrativa, y su arquitectura debe hablar ese mismo lenguaje.

Cuando el restaurante cambió de sede en 2017, el encargo arquitectónico recayó en JSa, el despacho fundado por Javier Sánchez, en colaboración con sus socios Aisha Ballesteros y Benedikt Fahlbusch. Aquella primera intervención consolidó una complicidad profunda entre cocina y espacio, por lo que ahora, con motivo del 25 aniversario, resultaba natural que el mismo equipo asumiera su renovación.

Sin embargo, el cambio no fue un gesto puntual. Como todo restaurante, Pujol ha madurado con el tiempo, revelando aspectos que merecían ser repensados. Se hablaba de ajustes, de detalles por afinar, hasta que fue el propio Olvera quien propuso una transformación más ambiciosa, en sintonía con el espíritu del aniversario.