Interview

Ícono, embajadora, estilista y autora, Inès de la Fressange multiplica sus roles pero encarna una sola imagen: la de la mujer parisina. A los 59 años, todo le sonríe y ella, también.

- Florencia Sañudo

Su nombre completo es Inès Marie Laetitia Églantine Isabelle de Seignard de la Fressange, pero es conocida como Inès de la Fressange. En París, la ubi can simplemente por su nombre de pila, como si fuera la única en llevarlo. Desde hace 40 años, la Ciudad de la luz la adoptó porque ella no nació allí, sino en el sur de Francia, en Saint-Tropez, exactamente. Vivió su infancia y adolescencia en Mantes-la-Jolie, a 50 km de la capital y se educó en Suiza. Es hija de madre argentina, la exmodelo Cecilia “Lita” Sánchez Cirez, bisnieta de un presidente colombiano y que por sus venas corre sangre judía, checoslovaca y húngara. También desciende de una larga línea de la nobleza francesa, ya que su padre es marqués, el apelativo de “aristócrata” la acompaña desde que comenzó su carrera de modelo, en 1974.

Alta, delgadísima y de pelo corto y castaño, diferente a las otras modelos de la época. Su actitud desenvuelta, espontaneidad, extrema amabilidad, sentido del humor e inteligencia, la convirtieron en la favorita de diseñadores, estilistas, periodistas y lo que es más importante, del público.

En 1989, tras siete años como imagen exclusiva de Chanel (el primer contrato de ese tipo entre una modelo y una casa de alta costura) abandonó la carrera para dedicarse al estilismo y ocuparse de Nine y Violette, sus hijas.