Millennials y modales

HACE POCO, estaba en el cruce de una calle junto a un grupo de personas, todos esperando pacientemente a que el semáforo se pusiera en verde para poder cruzar.

- Patricia Pearson

SONRÍE

ILUSTRACIÓN: Sam Island

De repente, una joven que hablaba por teléfono pasó delante nuestro y se dispuso a cruzar justo cuando pasaba un coche. Uno de los peatones que esperaba la avisó y ella girando la cabeza le espetó: “¿Te importa? Estoy al teléfono.” Al principio todos nos quedamos estupefactos pero inmediatamente nos reímos.

Creo que los estrategas militares clasificarían este comportamiento como una “falta de conciencia situacional”. Mi gato al intentar pasar por encima de los fogones justo cuando estoy cocinando sería otro ejemplo. O alguien que camina de espaldas por el borde de un acantilado mientras se hace un selfi. Pero en este caso, ¿puedo sugerir que también existe una falta de conciencia social? ¿A quién exactamente debería “importarle”? ¿A los peatones que se atrevieron a interrumpir la llamada de esa persona para advertirle que estaba cruzando en rojo sin darse cuenta? ¿O a la joven?

Sé que es deporte nacional quejarse de lo grosera que se ha vuelto la gente, pero cuanto más lo pienso, más me doy cuenta de que el problema que existe con los modales hoy en día tiene su origen precisamente en este tipo de inconsciencia. Los millennials, ese grupo de edad comprendido entre los 25 y los 40 años, te pisarán y luego se enfadarán contigo por invadir su espacio.

MUCHOS PIENSAN QUE DECIR “POR FAVOR” Y “GRACIAS” ESTÁ PASADO DE MODA.