YO LO VIV͠CANNABIS, MI MEDICINA

La información es la mejor aliada para cualquiera; conocer y entender los beneficios de la planta puede mejorar el estilo de vida en las personas que sufren de enfermedades como la epilepsia.

- CHELSEA LEYLAND

Tengo una hermana mayor que sufre de epilepsia desde los cinco años, yo fui diagnosticada con este padecimiento a los 15 años de edad. Desde que nací, viví con alguien que lo sufría a diario, he sido testigo de lo mal que puede pasarla una persona con esta condición. Cuando comencé a tener estos episodios fue muy difícil –para mí y toda la familia–. Fue el inicio de un gran proceso, aunque ya había un antecedente familiar, todo fue diferente: medicamentos que no había probado antes y con efectos colaterales dolorosos, fuertes y desafiantes. Si ser adolescente es duro, lo es aún más cuando padeces una condición con la que debes pelear todos los días, algo que no es fácil de entender por quienes no lo viven de cerca. Nadie sabe cómo se siente y no es sencillo de explicar. Creo que –a esa edad– lo más duro era decirles a mis amigos cómo me sentía, o cuando estaba apunto de tener un episodio, son muchas cosas alrededor de esto. Al inicio, tenía lapsos esporádicos, iba con el doctor de la escuela en ese entonces y me decía que podía ser estrés o ansiedad; cuando esto fue en aumento y analizando el caso de mi hermana fue que acudí a otro médico e inicié un tratamiento para la epilepsia. Aún con ello, sufría mucho, había días malos dependiendo el tipo de padecimiento que tenía; epilepsia mioclónica, una que pasa regularmente en la adolescencia, pero es controlable, podía mantener una conversación, aunque a veces, se detenía todo en mi mente. Otro tipo es la epilepsia tónica-clónica, es cuando te caes al piso, tiemblas… lo peor. Lo más loco es que hay bastantes clases y cada una se manifiesta de diferentes formas. Tratarme con fármacos me hizo tener cambios d