En la Soledad de los Campos de Algodón

Un encuentro de palabras y emociones

Las relaciones humanas pueden ser transacciones; de emociones, de palabras, de intereses, de drogas… así, el dramaturgo francés Bernard-Marie Koltès estrenó en 1986 En la Soledad de los Campos de Algodón, un texto sobre dos realidades aparentemente paralelas y opuestas: la de un dealer y un adicto.

Su encuentro visibiliza el poder de la palabra y la emoción, dejando ver la fuerza del deseo y la animalidad que surge cuando no se puede obtener lo que se quiere.

“La obra es un grito por posicionar una actitud vital y las relaciones entre los seres humanos y sus dificultades. Es uno de los textos más completos y complejos que he interpretado durante mi carrera”, relata Enrique Arreola, coprotagonista de la puesta en escena.

Un callejón oscuro sirve de marco para el encuentro minuciosamente creado por Koltès, quien dota a estos ordinarios personajes en el uso del discurso y la palabra al nivel de dos catedráticos de la Sorbona de París; creando una atmósfera especial para su confrontación.

“Ambos hablan de un discurso poético, en esta época de tanta vorágine y de tanta impaciencia. Tuve la fortuna de participar en dos montajes anteriores de Koltès y me inspiré en el poder de la palabra, en el poder de la metáfora y de la poesía”, indica el actor que da vida al tentador dealer.

La animalidad se hace presente con elementos claves dentro del montaje, como un tapete de animal print o el saco estilo piel de víbora que lleva puesto Arreola; todo evidenciando cómo estos personajes tendrán que controlar su naturaleza animal.