Una chispa

En una taberna con parrilla, una mujer arde en llamas. Su pareja reacciona de inmediato.

- Annette Lübbers

BARBARA HENNING NO cree en las casualidades. La dueña de una taberna en Blomberg, cerca de Bielefeld (Alemania), lleva desde hace años un fénix tatuado en la parte superior de su brazo derecho. Este ave de la mitología griega arde una y otra vez en llamas, para renacer de sus cenizas. Desde el 20 de septiembre del año pasado, esta mujer de 54 años también se siente como si hubiera renacido del fuego.

Ese día, Henning —madre de tres hijos adultos— tenía previsto trabajar en su bar, “Bei Heini”. Sin embargo, en el último momento, el cocinero que debía encargarse del catering de una fiesta de barbacoa en una empresa local no se presentó. Uno de sus aprendices, su pareja Ralph Tölke, y su hija Leoni, ya están allí para ayudar con el evento, en el que se esperan 90 invitados. Henning no quiere dejarlos solos con tanta responsabilidad, así que decide acudir también.

Los invitados van llegando poco a poco. Para mantener la comida caliente, Henning coloca ocho grandes recipientes de acero inoxidable. Debajo, unas latas de pasta combustible proporcionan el calor necesario. poco más atrás, Ralph Tölke y el aprendiz trabajan en dos parrillas de gas entre filetes y salchichas. Un poco más lejos, Leoni, de 20 años, sirve cerveza.

Normalmente, las latas de pasta inflamable duran unas tres horas. Pero ese día, el fuego se apaga en apenas una hora. Probablemente a causa del viento, sospecha Henning.