El maestro de la ligereza

El arquitecto estrella Renzo Piano habla sobre el optimismo, el progreso y el arte de construir

- Anne Goebel y Laura Weißmüller

SI DESEAS VISITAR a Renzo Piano deberás tomar un funicular privado: su estudio, al oeste de Génova (Italia), se encuentra en lo alto, con vistas al Mediterráneo. El italiano, de 87 años, es uno de los últimos arquitectos estrella. Da la bienvenida con buen ánimo desde su gran escritorio. El ambiente: familiar y molto italiano. A través de la fachada de cristal, se vislumbra a lo lejos la costa de Portofino. Génova es su ciudad natal. Creció aquí como hijo de un empresario de la construcción.

PREGUNTA: Italia era un país pobre después de la guerra, marcado por los bombardeos. ¿Cómo vivió la reconstrucción?

RENZO PIANO: Esa experiencia me llevó a convertirme en optimista, y lo sigo siendo. Cuando terminó la guerra, yo tenía siete años, y cada semana se notaba que las cosas mejoraban. Obras por todas partes, todo más limpio, en casa la comida era cada vez mejor. Crecí con la convicción de que, con el tiempo, las cosas mejoran. Claro que no siempre es cierto, pero ese sentimiento nunca me ha abandonado, en ninguna etapa de mi vida.

¿Quiere decir que para usted, una buena arquitectura siempre significa progreso?