UN HURACAN DEVASTADOR

Atrapados por un huracán y agua cada vez más profunda, una mujer intenta salvar a sus hermanos discapacitados

- Corina Knoll

Cuando el agua entró por debajo de la puerta de su casa en Naples (Florida), era solo un resplandor: una señal de que era momento de irse. Era cerca del mediodía del miércoles 28 de septiembre del año pasado, y Darcy Bishop corrió a despertar a sus dos hermanos, que estaban echándose una siesta después de almorzar. Trajo la silla de ruedas del mayor, Russell Rochow, de 66 años, y tiró de él para subirlo antes de ponerle sus zapatillas con velcro.

Su otro hermano, Todd Rochow, de 63, estaba poniéndose el pijama en su habitación. Él podía caminar ayudándose de un andador.

Ambos nacieron con parálisis cerebral y su desarrollo era el de niños pequeños. Aproximadamente 10 años antes comenzaron a mostrar síntomas de Párkinson, pero en general ambos eran felices por los alrededores. A Russell le fascinaba subir al autobús e ir a los parques. Todd se divertía coleccionando latas en la playa y esperando al cartero. Bishop, de 61 años, era su pilar; hacía mucho que su hermana sentía la obligación de cuidarlos.

“¡Tenemos que irnos!”, gritó a Todd. Quiso abrir la puerta principal. No pudo moverla. El peso del agua al otro lado la sellaba.

Corrió a la puerta del garaje, donde guardaban el andador de Todd. También fue imposible abrirla.

Entonces, la casa que los tres hermanos compartían con sus padres comenzó a inundarse.