Empatía de gran presupuesto

Luego del éxito independiente tangerine, sean baker filmó el proyecto florida decidido a darse a conocer como más que “el chico que hacía películas con un iphone”. 

- Por Sergio Huidobro

Sean Baker tiene un método seguro para narrar buenas historias: se muda al sitio en donde las encuentra. Después de estudiar cine en la Universidad de Nueva York, este oriundo de Nueva Jersey debutó con dos joyas de bajo perfil, situadas en las calles menos turísticas de la Gran Manzana: Take Out (2004) y Prince of Broadway (2008). El retrato sincero y agridulce de los barrios populares de NY, poblados por minorías asiáticas o afrolatinas, desconcierta cuando uno conoce a Sean y descubre que él, caucásico, de ojos claros y con un habla típica de la costa este, no pertenece a ninguna de ellas.

Las reacciones habituales de quien lo conoce a él y a sus películas (“Vaya, pensé que eras asiático”, “No puedo creer que seas blanco”, etc.) son chiste habitual con su coguionista, Chris Bergoch. Tras firmar otras dos cintas que retratan con honestidad y carisma a los barrios marginales de Los Ángeles –Starlet y