Un grito necesario

Cuando nací, era pequeñe. Tan pequeñe que podía estar más cerca del mundo diminuto. Recuerdo a los insectos y su orquesta nocturna. También recuerdo a los caracoles sembrando el ritmo propio para andar. Siempre soñé con ser une de elles porque era frágil pero era tan pequeñe que podía mirar todo desde abajo, desde ese lugar donde las raíces se encuentran, cargando sobre mí mi propia casa y lo que me hace más fuerte.

- LÍA GARCÍA (LA NOVIA SIRENA) Y NADIA ÑUU SAVI

I. DICEN QUE LA INFANCIA ES SOLO UN MOMENTO, UNA ETAPA.

¿Pero cuánta certeza tiene esto?

¿Te has preguntado que acontece dentro de ti? ¿Dónde está tu niñe interior? ¿Qué canción le cantarías? O si pudieras jugar con él, ella, elle, ¿a qué jugarían? Imagina leer este texto desde y con ese niñe que fuiste, que eres. ¿Cómo es? ¿Puedes sentirlo ahora? Ponle el nombre que tú quieras y ábrele las puertas de tu casa, tal como abriste esta revista. Por supuesto, ábrele tus brazos y encuentra cobijo ahí. ¿Quién anda ahí? La danza de un latir susurrante que recorre nuestro cuerpo nos recuerda que antes, al inicio, fuimos pájaros con alas grandes y de colores. Cuando niñe, ¿qué sonidos te daban tranquilidad y regocijo? Arrúllale. ¿Qué historias le contarías si este fuera su re-nacimiento? Viajemos a través del tiempo con todos los cuidados y la ternura radical.

Toc toc toc toc.

¿Quién anda ahí?

La danza de un latir susurrante que recorre nuestro cuerpo nos recuerda que antes, al inicio, fuimos pájaros con alas grandes y de colores. Cuando niñe, ¿qué sonidos te daban tranquilidad y regocijo?

Niñes que juegan, sueñan, dibujan.

Niñes que gritan, imaginan, luchan.

Niñes que migran, en confinamiento, enfermes.

Niñes que existen y resisten.

Niñes que...

Simplemente niñes libres, diverses y resilientes.