MICROFIESTA PULQUERA

¡Súbale, súbale! Sí, mire, esta tarde le traigo esta bonita iniciativa, de novedad, tire paro, quítese lo fresa y rífese un curadito.

- ARTURO ALVARADO

FOTOS ARTURO ALVARADO

Abordo de la turbonave de Pulquipedia, la banda pulquera levanta el vaso, dice “salud” y empina el codo hasta ver el fondo. Nadie se revira, pero a lo largo del tra- .yecto se gana confianza hasta el punto de cantar a todo pulmón y echar el cumbianchón en el estrecho pasillo. Los que prefieren ir combebiendo aplauden sentados y corean las rolas sin dejar de dar grandes sorbos a los curados de mandarina, mango y otros sabores.

La micro no huele: apesta a la bebida de los dioses. Algunos transeúntes ingenuos le hacen parada, pero acá ya no sube nadie. La fiesta seguirá por ocho horas, de pulquería en pulquería, entre los cantos barriales de algunas de las zonas más emblemáticas de la ciudad.