Mareos y sordera

Horas después de un masaje, su mundo cambió

- Sandra G. Boodman

AQUEL OTOÑO DE 2019, Catherine Nettles Cutter de 56 años disfrutaba de un masaje cuando de pronto sintió un escalofriante dolor que descendía por el borde lateral de su cuello y llegaba hasta la clavícula. Luego escuchó un fuerte chasquido.

"¡Vaya!", exclamó la masajista, que había estado girando la cabeza de su clienta de un lado a otro. Cutter se incorporó, pero no sintió nada fuera de lo común. Sin embargo, al día siguiente despertó a las 7 de la mañana con un insoportable mareo y casi sorda del oído derecho.

Cutter, profesora de Ciencias de la Alimentación en la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados Unidos, había luchado con migrañas gran parte de su vida. Por lo que pensó que la intensa presión en el oído afectado estaba causando una migraña que habría detonado el vértigo.

Su marido la llevó a una consulta médica, donde una enfermera especialista indicó que el problema podía ser un tipo de vértigo causado por un desequilibrio del oído interno o laberintitis, una infección también del oído interno. Le recetó un antihistamínico para tratar esto último y le recomendó ir al otorrinolaringólogo.

Al día siguiente, Cutter amaneció peor: el vértigo venía acompañado de contracciones como las que preceden al vómito y no podía enfocar la vista. Su marido llamó a la consulta; la enfermera le dijo que su mujer tal vez estaba sufriendo un evento cerebrovascular y le pidió llevarla a Urgencias. Pero tras realizar varias pruebas, los médicos lo descartaron. También sospechaban de una laberintitis y recetaron un medicamento contra las náuseas.