Centros de datos: la infraestructura crítica del futuro

Los centros de datos son las fábricas invisibles del siglo XXI.

- Rafael Scott, Socio Líder de Energía, Materiales y Sustentabilidad, McKinsey & Company

En ellos se aloja y procesa la información que sostiene desde correos electrónicos y redes sociales hasta operaciones esenciales como transacciones bancarias o servicios en la nube. Con la expansión del cómputo impulsada por la inteligencia artificial, su demanda crece de forma acelerada, con el potencial de triplicar la capacidad instalada hacia 2030. Así, se consolidan como una infraestructura fundamental de la economía global, comparable con los puertos o las redes eléctricas.

Hoy, los centros de datos son el destino más dinámico de la inversión en infraestructura. Cada dólar destinado a inteligencia artificial o a servicios en la nube termina, inevitablemente, convertido en concreto, acero, transformadores, cables y microchips. La magnitud de esta transformación es extraordinaria. Se estima que hacia 2030 la industria requerirá hasta 7.9 billones de dólares en inversión global, una cifra que redefine las prioridades de los portafolios de infraestructura. No es una proyección teórica: son recursos que se traducen en campus de hiperescala, redes de transmisión eléctrica, sistemas de refrigeración y almacenamiento de datos de última generación. Según JP Morgan, el apetito de capital es tal que ya se invierte más en centros de datos que en edificios de oficinas.