El camino de la espada

En el año 1582, el samurai Hidemitsu Akechi traicionó a Oda Nobunaga: asalto con sus tropas el castillo Honno-Ji y acabó con la vida del general. Un hecho histórico que se transformó en una historia sobrenatural, plagada de monstruos y demonios, en Onimusha, uno de los primeros titulos desarrollados por Capcom para PS2.

- DAVID MARTÍNEZ

Tras el éxito de Resident Evil en 1996, el equipo de Capcom liderado por Hideki Kamiya (director) y Shinji Mikami (productor) comenzó a trabajar en una secuela.

Aquel primer prototipo, popularmente conocido como Resident Evil 1.5, fue desechado cuando se encontraba alrededor del 60% de su desarrollo. Según sus creadores, “no era demasiado emocionante” y había que rehacerlo por completo. Sin embargo, el trabajo realizado no se perdió, y se le ofreció a Keiji Inafune como punto de partida para desarrollar un juego similar; un “Resident Evil con ninjas” ambientado en el Japón de la era Sengoku, que se terminaría finalmente convirtiendo en Onimusha. A medida que avanzaba el desarrollo, el prototipo empezó a mostrar sus limitaciones; Inafune tenía en mente un juego cinematográfico, con enormes valores de producción, y se decidió por trasladar el proyecto a la siguiente generación de consolas que estaba a punto de aparecer: Onimusha sería uno de los primeros juegos de Capcom para PS2.

En efecto, cuando el título se presentó en el E3 de 2000, se hizo hincapié en que se trataba del “juego técnicamente más avanzado que se había concebido nunca para la futura PS2”. Los escenarios no habían evolucionado demasiado respecto al trabajo original, ya que se trataba de fondos prerrenderizados con un sistema de cámaras fijas, pero los modelos contaban con la impresionante -para la época- cifra de 10.000 polígonos, con animaciones faciales y efectos de iluminación en tiempo real. Y para darle aún mayor empaque, el actor Takashi Kaneshiro (La Casa de las Dagas Voladoras, Returner) era quien prestaba su rostro y voz al protagonista de esta aventura, Samanosuke Akechi.