CREAR JUGANDO

Las influencias de Alvar Aalto en la obra de Óscar Hagerman.

- MANUEL DÍAZ TUFINIO / ÓSCAR HAGERMAN

Cuando vemos el trabajo de Óscar Hagerman inevitablemente lo asociamos a uno de los estilos de diseño mexicano. La silla Arrullo o las escuelas en la Sierra Norte de Puebla se han camuflado sutilmente dentro del contexto nacional aunque en ellas se pueden entrever guiños al diseño nórdico. En esta conversación con el arquitecto se tratarán de descifrar las referencias y relaciones que existen entre el trabajo de Hagerman y la corriente de los países del norte de Europa.

Manuel Díaz Tufinio: En 1952, llegaste a México con tu padre sueco y madre gallega. ¿En esos primeros años viviste rodeado con referencias de diseño europeas?

Óscar Hagerman: Llegamos a México por el trabajo de mi padre pero no fue hasta que entré a la carrera de Arquitectura que conocí ese tipo de diseño. Con José Luis Benlliure, quien fue un excelente arquitecto y maestro, habla- mos mucho de arquitectura y él tenía un libro de arquitectura sueca. Después, trabajé con él para el Conjunto Aristos, también con Félix Candela, y así empecé a conectarme con la arquitectura mexicana. Fueron años muy bonitos.

M: ¿Y cuándo fue que empezaste a hacer una arquitectura que salía del estilo de desarrollo modernista de la época?

O: Poco después me olvidé de la arquitectura de la Ciudad de México y me fui a la zona rural. Enseguida que llegué a trabajar a la zona rural automáticamente me volví muy mexicano. Yo no pensaba en convertirme en un arquitecto famoso, para mí era necesario volverse mexicano al trabajar con las comunidades y sus artesanos.