La montaña como hábitat

Marc Pinsach no concibe su día a día sin el deporte de montaña. Compañero de Kilian Jornet en su época de estudiante, este gerundense de 28 años pasea por los campeonatos del mundo de esquí alpino y trail running desde muy jovencito. Su vida y sus viajes están ligados a la nieve, sea en Los Alpes, en Noruega o en China. Y cuando está en casa, entrena, escribe y bate récords de ascenso, como el de hace apenas un año en el Aneto, la montaña más alta del Pirineo.

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¿De dónde surge tu pasión por la montaña?

Hay una parte de tradición familiar. Cuando era pequeño paseaba con mis padres por la montaña y, de hecho, mis primeras carreras las hice al lado de mi padre. Pero también es una cuestión de curiosidad, de querer descubrir qué hay en aquella cima que has visto en un libro, en una foto o desde el valle.

¿Qué te aporta el deporte extremo? ¿No te da miedo?

 Para mí el deporte es una forma de realización personal, de encontrar sentido a la vida. Y sí. Yo soy un poco cagado y le tengo mucho respeto a la montaña. Y paso miedo todos los días, pero es bueno, así minimizas el riesgo de accidente.

¿Y por qué esquí de montaña?

 Creo que el esquí de montaña mezcla la evasión, la desconexión y la adrenalina de los deportes extremos con el sacrificio, el trabajo, la constancia y el sufrimiento de los deportes de resistencia de toda la vida. Y para mí esa es una mezcla muy interesante.