El coco No viene a comerte

Mi reputación como “fruto asesino” es solo un mito. Un estudio de 1984, malinterpre tado en repetidas ocasiones, exageró sobre la cantidad de muertes ocasionadas por golpes míos en la cabeza.

- Kate Lowenstein Y Daniel Gritzer

Hace unos 10 años, los amantes de la nutrición dijeron que era bueno debido a que algunas de mis grasas saturadas, llamadas triglicéridos de cadena media, aumentaban los niveles de colesterol bueno o HDL. Pero si le preguntas al médico, te dirá que el aceite de coco eleva tu colesterol malo (LDL) tanto como el bueno (HDL).

Tú también tienes ideas equivo cadas de mí: por ejemplo, no soy marrón y peludo cuando cuelgo de una palmera. En realidad soy liso y verde, pero también amarillo, anaranjado, rosa, e incluso a veces rojo. Probablemente pienses que soy un fruto seco, pero soy una drupa (fruto carnoso que suele contener una sola semilla en el centro), como las cerezas, albaricoque o melocotón. Estoy casi seguro de que no sabes qué parte de mí es la que te comes.

Imagínate un coco verde: la parte verde es mi piel, y la fibrosa y