Un héroe al volante

EL SECTOR AUTOMOVILÍSTICO está gastando miles de millones en vehículos sin conductor, por loque podemos sentarnos en el asiento trasero mientras nos llevan, como los altos ejecutivos de grandes empresas.

- Richard Glover

¿Pero qué pasa si nos gusta conducir?

De vacaciones hace unos años, pasé largas horas viajando en tren, autobús y avión. Te sientas, aburrido y te pones nervioso. Lees un libro un rato y luego miras triste por la ventanilla. Te preguntas si el conductor del autobús o el maquinista del tren o el piloto no necesitarían ayuda.

Te has convertido en una carga, que transportan de un lugar a otro.

Entonces, llegan las vacaciones en la que alquilas un todoterreno. Anda, mira. De repente, la carga tiene un propósito. Es aún más divertido si tienes que conducir por el lado contrario de la carretera al que estás acostumbrado.

Después de décadas de matrimonio, no recibes alabanzas sinceras de tu pareja a menudo, pero en las carreteras de Creta los elogios llegan con cada maniobra.

“¡Bien!”, dice mi mujer con tono de admiración, mientras me meto en una rotonda sin matarnos.

LE DIGO SERIO AL GPS: “NO QUEREMOS IR POR AQUÍ, QUEREMOS LA AUTOPISTA”.

“Yo en la cuneta”, añade, al girar a la izquierda, ayudándome a recordar por qué lado debo conducir. Suena como una escena de Cincuenta sombras de Grey, pero es simplemente un recordatorio de que el pasajero debe encontrarse más cerca del borde exterior de la carretera.