EN LA CAMA CON LOS BEATLES

Dormir en la misma estancia que John, Paul, George y Ringo era y sigue siendo divertido, pero, para gustos, la Suite Ava o Villa Obama. Esta última, para trumpistas, no es.

- Texto de Andrés Campos

Dice el refrán que “dos que duermen en un colchón se vuelven de la misma condición”.

Según eso, quien duerma en la suite 601 del Gran Hotel La Perla, en Pamplona, se volverá más castizo que Isabel de Borbón, alias la Chata. Quien lo haga en la 207, se convertirá en un fanático del violín, como Pablo Sarasate. En la 602, se tornará un monárquico recalcitrante o más republicano que Rufián, porque en ella hicieron noche un buen rey, Alfonso XII, y otro nefasto, el XIII. Y quien pernocte en la 207, cometerá los mismos excesos que su inquilino más célebre, Ernest Hemingway. ¿Correrá delante de los toros? No, hará lo que él: verlos desde la barrera, fumándose un habano.

El excesivo, alcohólico, tabaquista, depresivo y bipolar autor de Fiesta se alojó también en El Avenida Palace de Barcelona. Y Joan Miró. Y Nureyev. Y Liza Minnelli. Y Maradona. Pero sus huéspedes más famosos fueron los Beatles, que visitaron la ciudad el 3 de julio de 1965 para actuar en la plaza de toros Monumental. En la suite Beatles hay fotografías de los cuatro de Liverpool —como la del álbum Abbey Road, sobre el cabecero de la cama—, periódicos de la época y una réplica del bajo de Paul McCartney. Solo falta que el fantasma de Epstein llame a la puerta de madrugada para pedirnos que se acabe la fiesta, porque la que montaron los Beatles fue fina. Mejor el fantasma de Epstein que el de un jovencísimo Joan Gaspart, que era el hijo del dueño.

Si somos más de los Rolling Stones que de los Beatles y tenemos mucha pasta, dormiremos en la suite Ronnie Wood de