Pueblos con sabor a Francia

Entre viñedos otoñales, fortalezas templarias y quesos con denominación de origen, el norte de Occitania revela un territorio auténtico y sabroso. Lot, Aveyron y Lozère, tres provincias unidas en un mismo destino, invitan a descubrir algunos de los pueblos más bellos de Francia y a degustar recetas que han trascendido fronteras. Un viaje que combina historia y gastronomía en la mesa y en la memoria.

- Texto de María José Cayuela

LOT: ENTRE VIÑEDOS Y PIEDRA CALIZA

El río Lot dibuja meandros que acogen pueblos medievales donde la vida parece transcurrir al ritmo pausado del vino. Cahors, asentada en una curva perfecta del río, atesora la catedral de Saint-Étienne (Patrimonio de la Humanidad en los Caminos de Santiago) y una tradición vinícola única. El célebre “vino negro” de Cahors, elaborado con malbec, despliega aromas profundos que acompañan platos de caza o quesos intensos.

Muy cerca, Saint-Cirq-Lapopie, uno de Les Plus Beaux Villages de France, aparece colgado sobre un acantilado como un decorado suspendido en el tiempo. Sus casas de piedra con entramados de madera y calles empedradas han seducido a pintores y escritores. Más al norte, otro de los pueblos más bellos de Francia, Rocamadour (que da nombre también al famoso queso de cabra), se encarama a la roca en un espectacular conjunto de santuarios, destino de peregrinos desde la Edad Media. La gastronomía invernal de Lot se condensa en los mercados de trufa, cuando el aroma inconfundible de la tuber melanosporum anuncia la temporada de festines.

Izquierda: Rocamadour. Abajo: quesería Roquefort Société en Roquefort-sur-Soulzon y vino de Cahors en Domaine Saint Didier.

SABORES IRRESISTIBLES