"Soy un yonqui de los viajes.Pero si estoy de vacaciones, me quedo en casa" Manuel Vilas, novelista y poeta

La obra del autor de El mejor libro del mundo está repleta de viajes. Da igual que Manuel Vilas relate sus temporadas en el infierno o en el paraíso, siempre lo hará con humor e ironía. Porque, como afirma Vilas, la ironía es lo único que puede salvarnos.

-  Pablo Fernández

El padre de Manuel Vilas (Barbastro, 1962) fue viajante de comercio. Manuel Vilas, por si no lo sabe, es escritor. A pesar de las evidentes diferencias entre ambas profesiones, Vilas sostiene que se dedica, básicamente, a lo mismo que su progenitor. “Mi padre viajaba por Huesca, Zaragoza, Teruel y Lleida vendiendo sus productos textiles”, explica. “Yo me dedico a viajar para vender mis libros. Me hace muy feliz sentir que estoy haciendo lo mismo que hacía mi padre. Es algo cómico y profundamente irónico... la ironía salva el mundo.” El humor es esencial para entender la forma de ver la vida de Vilas. En su última novela, El mejor libro del mundo, escribe: “Ahora soy un yonqui de los viajes, pues el que viaja conoce una obviedad fundamental: sabe que no ha muerto”.

La literatura de Vilas está repleta de viajes. Paradójicamente, Vilas afirma que el viaje es parte de su trabajo. “Llevo 15 días sin viajar y tengo mono”, confiesa a VIAJAR. Vilas va allá donde le llevan sus libros: presentaciones, ferias literarias, encuentros de escritores... Y cuando se encuentra en un lugar que no le resulta familiar, agudiza los sentidos en busca de historias: “En mi caso, todos los viajes resPonden al clásico afán de conocimiento. Trato de fijarme en cosas que no son las que señalan los cánones turísticos. Busco calles, edificios, rostros, bares, maneras de estar en el mundo, el paso del tiempo sobre las ciudades…”. Pero, señor Vilas, ¿usted también viaja por afición? “Si estoy de vacaciones, lo que hago es quedarme en casa. No se me ocurriría irme de viaje.” Punto en boca.