CHIHUAHUA El Lejano Oeste mexicano

Desiertos pedregosos, indígenas tarahumaras y la huella de Pancho Villa se esconden en el estado más extenso de México, donde encontramos un desfiladero más grande y profundo que el Cañón del Colorado y un ferrocarril de estilo decimonónico que aborda uno de los trayectos más espectaculares del mundo.

- de Noelia Ferreiro

LOS MENONITAS O LA VIDA SIN TECNOLOGÍA

Los encontramos en Cuauhtémoc, un bonito pueblo enclavado en la sierra, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Chihuahua. De pronto, sus habitantes son más rubios, hablan un extraño idioma y viven ajenos a la tecnología. Son los menonitas, una comunidad religiosa de origen holandés, establecida en estos parajes en 1922. Hay quien dice que, gracias a ellos, la agricultura es la tercera actividad económica de México. Practicantes de una rama del anabaptismo surgida de la Reforma protestante, su historia está marcada por la migración, perseguidos siempre por su hermetismo social: no solo tienen su propia escuela y su propia lengua, el plódich (una mezcla de alemán, polaco y neerlandés), sino que se niegan a prestar el servicio militar. En Chihuahua logran mantener estas condiciones a cambio de desarrollar su sabiduría agrícola, con la que promueven un cambio en el paisaje desértico de este estado. Existe un museo que recrea la casa típica de los pioneros.