PESADILLA EN EL CLUB

CUANDO EMPEZÓ EL TIROTEO, SE DESPERTO EL INSTINTO DE SUPERVIVENCIA DE ESTE EXMILITAR

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Richard M. Fierro estaba sentado la noche de un sábado del pasado noviembre en una mesa del Club Q con su mujer, su hija y varios amigos, cuando la repentina ráfaga de un tiroteo atravesó la sala. Automáticamente se activó su instinto, aleccionado durante cuatro despliegues de combate en Irak y Afganistán.

Richard Fierro, de 45 años, oficial del ejército de Estados Unidos durante 15 años que se retiró en 2013 con el rango de comandante, corrió por entre el caos de la sala de fiestas y se enfrentó al hombre armado golpeándolo con la propia pistola del atacante.

"No recuerdo lo que hice exactamente. Me limité a entrar en modo combate", contó en la entrada de su casa de Colorado Springs (Colorado), unos días después del tiroteo, al lado de una bandera estadounidense que colgaba bajo un aire gélido. "Lo único que sabía era que tenía que parar a este tipo" El atacante, Anderson Lee Aldrich, de 22 años entonces, fue detenido acusado de haber matado a cinco personas y herido a otras 18 en una masacre de unos minutos. La cifra de muertos hubiera sido mucho más elevada, según los agentes, si los clientes del bar no hubieran interceptado al hombre.

"Él salvó muchas vidas", dijo John Suthers, entonces alcalde, refiriéndose a Richard Fierro. Suthers comentó que había hablado con Richard y que se quedó impresionado por su humildad. "No me he encontrado nunca con una persona que haya llevado a cabo una acción tan heroica y que sea tan humilde al respecto".