Joya paulista

Rosewood eligió São Paulo para hacer su debut en Sudamérica creando algo más que un hotel: una verdadera obra maestra de restauración urbana y cultural, donde el diseño vanguardista, el arte vibrante y la naturaleza exuberante conviven en perfecta armonía.

- Por Ricardo Alonso

Inspirado en el novelista francosuizo Blaise Cendrars (enamorado de Brasil), este acogedor chalet celebra conexión entre humanidad y naturaleza. El chef Fernando Bouzan reinterpreta la tradición de la brasserie francesa con ingredientes locales, trazando caminos entre bosque, mar y campo.

EN LA CIUDAD MÁS POBLADA de Sudamérica, donde la energía no se detiene y los contrastes son parte del paisaje cotidiano, emerge Rosewood São Paulo como un refugio de hospitalidad que redefine el lujo contemporáneo. Ubicado en el enclave histórico de Cidade Matarazzo —a pasos de la Avenida Paulista—, el hotel ocupa un espacio con enorme carga simbólica para los locales: el del antiguo Hospital Matarazzo, donde nacieron más de medio millón de brasileños.

A su lado, una esbelta torre de jardines verticales diseñada por el arquitecto Jean Nouvel se levanta como un guiño hacia el futuro. El proyecto, liderado por el empresario Alexandre Allard, con dirección artística de Philippe Starck, fue también la primera incursión de la marca Rosewood en esta parte del continente.

VISIÓN INTEGRAL

Lo que aquí se propone va mucho más allá de un hospedaje de alta gama. Rosewood São Paulo es una obra genuina de restauración urbana y cultural a gran escala. Cidade Matarazzo (el complejo de 30,000 metros cuadrados donde se sitúa el hotel) reúne residencias privadas, espacios comerciales y un ecosistema vibrante que gira en torno al diseño sustentable y la vida comunitaria.

Toda la renovación se llevó a cabo con materiales de origen local y prácticas de construcción sostenibles, haciendo de este uno de los desarrollos más ecológicos de Brasil.