ECOS del pasado

Ubicada en un edificio de 1919, Casa Hermosilla reinterpreta la nobleza clásica desde una mirada actual. El pavimento en espiga, las molduras restauradas y una paleta neutra envuelven estancias conectadas por puertas de vidrio y madera. Un proyecto que equilibra historia, funcionalidad y belleza atemporal.

- PABLO ESTELA

En el corazón de Madrid, en un edificio señorial de 1919, Casa Hermosilla despliega una propuesta de interiorismo que dialoga con la arquitectura original sin replicarla, apostando por una lectura serena del clasicismo.

La intervención conserva y potencia los elementos que definen el carácter del inmueble: techos altos, grandes ventanales con cuarterones, proporciones equilibradas y una atmósfera que evoca el refinamiento burgués de la época.

Sobre esa base se articula un lenguaje contemporáneo contenido, donde cada gesto busca armonía más que contraste.

En el salón, las molduras de Orac Decor en techos y paredes se integran con naturalidad en una atmósfera cálida acentuada por la pintura RAL 9010 y el pavimento de madera colocado en espiga; una escena de equilibrio visual construida por NhOMA Estudio con la dirección de la arquitecta técnica Carolina Tarazona, la colaboración de Estudio Isabel Meyer, la ejecución de Emmepolis Novecentro y la dirección de arte de Irene Usero.

La distribución se replantea por completo para adaptarse a las necesidades de la vida actual, liberando los espacios sin desnaturalizar su esencia.