El misterio de Chris MARKER

CIENCIA FICCIÓN EXPERIMENTAL, CINE ENSAYO, MULTIMEDIA Y GATOS VIRTUALES: EL ALIENTO POÉTICO DE LA OBRA DEL CINEASTA FRANCÉS SIGUE INTACTO. CINETECA DE MADRID LE DEDICA UNA RETROSPECTIVA

- POR Paula Arantzazu Ruiz

Cris Marker (Neuilly-sur-Seine, 1921-París, 2012) se describía a sí mismo como el autor de películas desconocidas más conocido. Es difícil llevarle la contraria, teniendo en cuenta que su cine jamás gozó del reconocimiento del que disfrutaron François Truffaut y Jean-Luc Godard y, sin embargo, el cine habría sido otro sin Marker. Probablemente uno condenado a su propio olvido, aún más alejado de las mareas de la Historia. Porque no hay ningún otro cineasta que personifique mejor el espíritu reflexivo de la modernidad surgido de las cenizas de la II Guerra Mundial.

El misterio Marker también se debe a una personalidad elusiva, casi fantasmagórica. Su reticencia a conceder entrevistas o a hacer apariciones públicas alimentó la leyenda y durante años se rumoreó que había nacido en Ulan Bator, Mongolia. Del mismo modo, la imagen a la que ha quedado asociado para la posteridad es la del avatar Guillaume-en-Egypte, un gato romano sonriente ("un gato nunca está del lado del poder", decía) que reúne en sus contornos los varios heterónimos (Sandor Krasna, Fritz Markassin, Jacopo Berenz...) de un creador absolutamente inabarcable. "Al abordar una película de Marker, es realmente la obra la que debe hablar por sí misma", señala Nora Alter en una de las monografías de referencia sobre el cineasta. No hay mejor consejo del que asirse, así pues, para adentrarnos en una de las filmografías indispensables del séptimo arte.

EL PADRE DEL ENSAYO FILMADO